POR: Diego E. Sarmiento B.
El pan, el vino, los ramos entre otros son los símbolos que por años han acompañado la semana mayor o también llamada “Semana Santa”. Esta época del año se ha caracterizado principalmente por ser de reflexión, de oración y de conversión; se dice que los días mas importantes se celebran desde el jueves puesto que este fue el día que según las escrituras del evangelio de san Juan se llevo a cabo la ultima cena de Jesús y sus discípulos hasta el Domingo de resurrección.
La cultura se ha ido transformando con el paso de los años, lo que en un tiempo era de gran importancia y respeto para los católicos hoy ya no lo es en gran sentido.
Nadie puede asegurar si son mitos o creencias muy arraigadas, lo que si se puede decir es que en tiempos pasados, para los días santos a las personas no se les permitía hacer nada, las amas de casa no podían hacer sus labores cotidianos, los hombres no trabajaban, los niños y jóvenes no asistían a estudiar ni mucho menos tenían permiso de jugar, todo era pecado, eran tal la creencia que se llego a decir que si las personas se bañaban el viernes santo corrían el riesgo de convertirse en sirenas. Costumbres sobraban para celebrar la semana mayor, la gente acudía a las iglesias con gran fervor.
Hoy en día gran parte de los Bogotanos acuden a la programación realizada por las iglesias, visita a los monumentos, la misa del sermón de las siete palabras, el vía crucis, la visita al santo sepulcro, etc. Este año la catedral fue la mas visitada, pues en ella se encontraba el Señor Caído de Monserrate, esta fue una gran oportunidad para cientos Bogotanos que no habían tenido la oportunidad de subir al cerro y orar.
Otra parte de los ciudadanos cambia su destino y se dirige a otras ciudades, para compartir con sus familias, por recreación o simplemente por viajar y descansar. En los pueblos cercanos a la capital, la costumbre ha variado en todo el sentido, los pueblos no se preparan par recibir con fe una semana de paz, sino mas bien se preparan para recibir una oleada de turistas en busca de diversión, podríamos decir que la cruz, los cirios, el pan y el vino con el tiempo algunas personas lo han cambiado por música, sol y obviamente algo para refrescarse.
Entonces es aquí donde nos preguntamos que paso con el respeto por una semana solemne, no se podría decir a ciencia cierta si es culpa de la educación o de la iglesia, lo que si se puede decir es que estamos a tiempo de no perder las creencias hacia una semana de recogimiento y paz, de acudir a la iglesia, de estar en familia.
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